Pocas cosas son tan naturales, sabrosas, económicas, fáciles de preparar, nutritivas y saludables como el té verde.
Beatriz Gurdiel Robles
Hace tan sólo algunos años que los occidentales hemos comenzado a adquirir saludables hábitos y tendencias provenientes de Oriente. Es el caso del Yoga, el sushi o la denominada medicina alternativa. Entre estas nuevas rutinas, son muchos los que se han apuntado a la moda del té verde, no sólo bebido sino también empleado en la elaboración de jabones, cremas o esencias vegetales. ¿La razón? Los expertos catadores de té afirman que tiene un aroma y sabor inconfundibles, y varios estudios respaldan que sus beneficios son múltiples.
El té es una de las bebidas más antiguas del mundo. Los primeros en descubrirlo fueron los chinos, y es precisamente en ese país donde hay un mayor número de variedades. Casi desde sus inicios esta bebida fue utilizada con fines medicinales tanto para la mente como para el cuerpo, no obstante sólo los ricos tenían acceso a sus múltiples beneficios debido a su alto precio. Sólo después de la caída del imperio Mongol el té estuvo al alcance de todos.
Occidente no conoció el té hasta el siglo XVI, cuando comerciantes y exploradores europeos comenzaron a popularizarlo. Hoy en día es la bebida más común en el mundo después del agua.
El té verde, cada vez más popular, procede de la misma planta que el té negro, la diferencia es que las hojas (secadas mediante vapor o calor) no se dejan fermentar, lo que permite que conserven los ingredientes activos de la planta (llamados polifenoles y considerados potentes antioxidantes). Es precisamente este particular proceso de fabricación lo que confiere a este tipo de té gran número de beneficios para la salud.
Pese a que su sabor puede resultar verdaderamente amargo, quienes han descubierto los beneficios del té verde no sólo lo toleran si no que incluso lo defienden
Beneficios del té verde
Pese a que su sabor puede resultar verdaderamente amargo, quienes han descubierto sus beneficios lo toleran, e incluso lo defienden. Entre otras cosas el té verde es una excelente fuente de fluoruro, contiene numerosos minerales como potasio, magnesio o calcio y es rico en vitamina B y A. De hecho, según un estudio llevado a cabo por el Consejo del Té Verde de EEUU, ese tipo de té tiene más poder antioxidante que 22 frutas y verduras de consumo común.
Pero estas son sólo algunas de sus propiedades. Sus beneficios, otorgados en gran parte por sus polifenoles, van mucho más allá. Una buena taza de té verde:
- Ayuda a prevenir el envejecimiento
- Disminuye el colesterol malo y contribuye a aumentar los niveles del bueno
- Tiene un gran efecto antioxidante, por lo que ayuda en la lucha contra el cáncer y ciertas enfermedades degenerativas
- Mejora la concentración y alivia la fatiga tanto física como emocional
- Debido a su poder estimulante acelera el metabolismo y ayuda a disminuir de peso
- Disminuye los niveles de azúcar en la sangre por lo que ayuda en la diabetes
- Previene la hipertensión
- Ayuda a eliminar grasas y toxinas debido a su efecto diurético
- Es astringente, ayuda en casos de diarrea
- Disminuye los triglicéridos y el riesgo de problemas cardiovasculares
- Refuerza el sistema inmunológico y ayuda a luchar contra ciertas enfermedades
- Debido a su alto contenido en fluoruro previene la caries.
- Previene el mal aliento ya que ayuda a eliminar las bacterias de la boca
- Fortalece los hueso ya que, además de ser antioxidante aporta calcio, fluor, fósforo y magnesio.
- Evita la formación de coágulos en la sangre
- Su bajo aporte calórico lo convierte en un gran sustituto de jugos y gaseosas, bebidas mucho más azucaradas.
- Contribuye a la hidratación de la piel
- Según María Luisa Marchant, herborista, “si tomáramos dos o tres tazas de té verde diarias (unos 10 gramos) tendríamos una excelente salud”.
Sin embargo, no todo son ventajas. Además de todos estos minerales y vitaminas, el té contiene una sustancia que dificulta el aprovechamiento de la vitamina B1, por lo que los grandes aficionados pueden llegar a padecer una deficiencia de esta vitamina, muy importante para el sistema nervioso.
También tiene el inconveniente de ralentizar la absorción de hierro, por lo que no es recomendable para quienes padecen anemia.
Cómo preparar una buena taza de té verde
- Calentar el agua y retirar justo antes de que hierva, para evitar que resulte demasiado amargo. Si ha llegado a hervir, deje que el agua se enfríe un poco antes de introducir las hojas.
- Introduzca el té en la tetera. Calcule una cucharada rasa de té por persona (unos 2 gramos), y una extra.
- Deje reposar por algunos minutos, pero nunca más de 5, ya que las hojas se quemarían. Dependiendo del tiempo que deje las hojas dentro, el té resultara más o menos amargo. Es importante tener en cuenta que son necesarios entre 1 y 3 minutos para que el aroma se despliegue.
- Sirva colando primero el té.
- Puede añadir algún tipo de edulcorante o tomarlo sólo. El azúcar incrementa su aroma y sabor; la miel, por el contrario, distorsiona un poco el sabor.
- Lo puede tomar caliente o frío, pero nunca recalentado.
- La tetera no debe lavarse ni secarse por dentro, sólo aclararse con agua.
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